viernes, noviembre 30, 2007

MIEDO.

Hay un abismo de diferencia entre la comprensión de un concepto y el verdadero conocimiento de una realidad.


Son más de las tres de la mañana y es el miedo lo que me mantiene despierto. Ni el sueño ni el agotamiento del cuerpo pueden apaciguar la inquietud de una mente doblegada por el miedo. Cada ventana, cada sombra, cada silencio no son, ante los ojos de la paranoia, sino amenazas del peligro que acecha por doquier. Contemplar una puerta antes de abrirla y estremecerse a causa de la sospecha no es cuestión a la que deba uno acostumbrarse sin perder la cordura. He vuelto a ser el niño que teme a la oscuridad. Pero ahora, no son monstruos ni seres fantásticos que la razón, tarde o temprano aprende a conjurar, lo que me atormenta. Es justamente el entendimiento lo que alimenta este miedo racional que me agobia por las noches en que, cuando por fin me convenzo de dormir, me despierta a cada rato obligándome a prestar atención al entorno y haciéndome todo ojos, oídos y corazón exaltado.


Por fin sé lo que es el miedo y por ello puedo decir. "ignorance is bliss".

Fumble.

A todos nos ha pasado, hábiles y torpes, habrá sido un vaso, un florero, el control remoto de la televisión, un cuadro con la fotografía de los abuelos, una figura de cerámica, el celular, el anillo de bodas en la regadera, la invaluable figurilla de cristal cortado que ha pasado generación tras generación entre familiares. Lo tomamos entre las manos y súbitamente, sin premoniciones que mengüen el sobresalto, resbala de nuestros dedos y cae al piso inexorablemente, haciéndose añicos al impacto. La sensación es similar al sueño universal en que uno cae dentro de un abismo, con la salvedad de que en el sueño no se toca fondo. En el accidente de la vigilia, en cambio, el ánimo se desploma junto con el objeto entre cuyos restos se diversifican las sensaciones de pérdida, nostalgia, culpabilidad y arrepentimiento. Todo sucede en un abrir y cerrar de ojos pero en retrospectiva se observa en cámara lenta y cada instante da pie al hubiera y al reproche. El resultado, sin embargo, es único e irremediable. Sólo queda aceptar lo ocurrido y resignarse a pensar que esas cosas pasan todo el tiempo y a todo el mundo, y que éste no se detiene por ello ni lo hará jamás por asunto semejante. A todos nos pasa y nos seguirá pasando, no hay nada qué hacer al respecto.


Yo tuve así la vida de mi madre entre las manos. Y en un santiamén, en un descuido, no sé explicar cómo, se me escapó, cayó al suelo y se perdió para siempre. Ahora no queda nadie a quien pedirle perdón, a quien entregar cuentas, a quien resarcir su pérdida. La mía es una deuda insaldable. Ni la cadena perpetua a la que estoy condenado podrá jamás redimirme. Ni siquiera es que me sienta culpable, yo mismo soy culpa y por ende sólo la muerte puede ser la expiación. Pero ni a eso tengo derecho. Bien ha dicho el menor de mis hermanos que no es que todo tenga solución menos la muerte sino que es la muerte la solución a todos los problemas. Y mi pecado ha costado una vida. Debo cargarlo hasta el último de mis días o quizás aun más.

martes, noviembre 13, 2007

It's movies, it's life...

Driving Miss Daisy.

I've been doing a lot of that this last few years. Some times I hated it, some it relaxed me and some times I actually enjoyed it. Now... now I already miss it.


Four Brothers.

Just like us, but these guys adopted and not blood-related to each other. Some bad guy murders her mother so they set up revenge and (yes I'm revealing the end) they get it.

We are not adopted, we are the children of the same mother but we do not have someone on whom to inflict our revenge. There's no bad guy, no hateful murderer. There's just emptiness so, what shall we do?


The Matrix.

Cypher betrays not just the crew of the Nebuchadnezzar but man kind as well. Being the only one on board not connected to the Matrix he literally pulls the plug of some of his, up to that moment, colleagues one by one. Realizing that, Switch (the blonde woman) complains "no, not like this" before she vanishes.

Those are the exact words engraved in mi mind. NOT LIKE THIS.


One Flew Over the Cuckoo's Nest.

I just implore, let me go wherever she is and escort her through whatever the path she's supossed to take. And then, when we're reaching the end I'll just cheer her up "put it in the basket, mom! Put it in the basket!"

jueves, octubre 25, 2007

Taoísta Skywalker


El control remoto de la tele vendría hasta su mano, sólo debía concentrarse. ¡Pero con tanto pinche ruido QUIÉN PUEDE CONCENTRARSE,CARAJO! Momento. Es necesario estar tranquilo, estar en paz, ser uno con el cosmos. Cerró los ojos sin apretarlos y respiró profundamente una, dos y... ¡ahhh! tres veces. No levantó los párpados pero sí el brazo izquierdo, extendiendo perfectamente los dedos hasta que apuntó mentalmente hacia el control remoto universal que descansaba en el brazo opuesto del sofá desde el que, echado sobre él, veía la tele. Mediante lo que él llamaba un esfuerzo negativo, relajó el rostro hasta darle una apariencia, así lo imaginaba, de impasibilidad. Forcejeaba mentalmente: la idea es que no haya idea, ¡uy, maldita sea, otra vez!

¡Anti-eureka! ¡Lo perdió! Ahuyentó por fin todo pensamiento, un verdadero éxodo mental. Sólo le quedaban sus sensaciones pero de ellas se fue despojando más fácilmente que de sus necios y recurrentes pensamientos. En segundos sólo era capaz de sentir su brazo. [¡Cuidado con acusarme de cometer pleonasmo! ¡Nada de eso! Que en mentes privilegiadas, con poderes paranormales como la de él, así como tiene sentido decir que le dolieron los calambres del vecino o que le supo amarga la sopa que se comía su madre, es necesario aclarar si las sensaciones por él experimentadas proceden o no de su propio cuerpo.] Todo él era su brazo izquierdo, particularmente sensible en las yemas de los dedos, de las cuales, no tardaría en desbordar su ser, extenderlo más allá de sus confines biológicos.

Si fuese posible, veríamos cómo de las puntas de sus dedos brotan haces de constitución incierta retorciéndose pero alargándose hacia adelante. Está muy cerca, lo sabe. Casi puede sentir la lisa frialdad plástica del control remoto, la suavidad de la goma de sus botones. Es lo que él llama una sensación pura, sin sentidos, pues éstos pertenecen al cuerpo, no así las sensaciones que, si bien forman parte de la realidad no dependen, como se cree, de sustancias físicas sino de estados mentales. No por casualidad se dice del miedo, de la felicidad o del orgullo que son cosas que se sienten, me dijo una ocasión en que me ilustraba con su esotérica sabiduría. Todas esas cosas son sensaciones que el hombre ha aprendido a desligar de su cuerpo, sensaciones puras. ¿O qué cuando sufres no sientes que te duele? No sabes dónde pero te duele, ¿no es cierto? Sí, es cierto, le dije. Y lo es.

Finalmente posó su tacto inmaterial sobre el control remoto universal de la tele. Ya allí cambió de opinión. ¿Para qué traer el control?, mejor accionarlo a distancia. Control remoto sobre el control remoto. ¡Poético! Deslizó su campo telequinético por la cara superior del aparato, explorando, haciendo el reconocimiento obligado. Cuando se sintió seguro (¡la seguridad! ¡Otra sensación pura!) de haber dado con el botón adecuado concentró su poder aún más. Había que presionar ese botón, sentir cómo cedía ante el peso de un dedo que no estaba allí pero que, no obstante lo accionaría para, consecuentemente, cambiar de canal. ¡Mmmh! ¡Mmmpf! Algo andaba mal, la tele no respondía. Una vez más... ¡Mmmh! ¡Mmmmmmmta!

¡Así no se vale! Abruptamente, abrió los ojos y se incorporó para alcanzar el control, esta vez con la mano. Mientras tanto daba rienda suelta a la mente, la cual, a manera de géiser, expulsaba chorros de pensamientos hirvientes por la furia del fracaso: ¡seguramente se le acabaron las pilas a esa madre! ¡esos pinches chinos que hacen puras porquerías! ¡pinche televisión, nunca recibe bien la señal! ¡ese cabrón que me vendió el puto control universal, ya decía yo que tenía cara de estafador!.....

jueves, julio 19, 2007

Metatopología


Mi carnal Stephen, you know, Stephen Hawking, me sorprendió, justo al salir de la adolescencia, con una idea muy interesante. ¿Qué tal si el universo fuera finito pero ilimitado? Mmmmh, déjame pensar... Ey! Pretty good idea man! Así que viajar por el universo es como pasearse por la superficie de una pelota, me dijo. ¡Podrías darle toda la vuelta y regresar al mismo lugar del que partiste!

Una idea estimulante, sin embargo, la plática se nos aguó cuando le hice una pregunta (soy bien preguntón). Oye Stephen, pero en el ejemplo que pones la materia sería todo lo que está dispuesto sobre la superficie de la pelota y la pelota misma, que es materia, sería el espacio. En el universo, ¿qué es el espacio, Stephen? Me lanzó una mirada llena de esa cosa que no sé cómo se llama pero que sientes cuando alguien te arruina un momento de triunfo, o de gozo y, consternado, se marchó.

Un computólogo entendería muy bien el problema: digamos que corremos una simulación del universo, el programa serían las leyes que controlan todos los fenómenos del universo y la materia y la energía serían datos, pero todo esto necesita el sustrato de la memoria, donde los procesos computacionales tienen lugar. Un computólogo diría "ok, sé muy bien lo que es la memoria de una computadora pero, ¿qué chingados es el espacio?"

Ésa es mi pregunta. Como dije en otro lado, we're all just molecules bouncing around. Pero qué es ese around. Antes de platicar con mi amigo Stephen imaginaba al universo como una nube, pero el chiste de esta imagen es que la "veía" desde afuera y desde muy lejos, lo suficiente para tener al universo entero en mi campo de visión. Lo molesto de tener esa idea era pensar que el espacio era algo en donde podía estar, de un lado yo y del otro todo el universo (menos yo mismo, por supuesto). Pero entonces, ¿era el espacio algo más allá del universo? ¿Una especie de contenedor? Ahora que si Stephen tiene razón, el espacio estaría, de alguna menera, atado a la materia y a la energía. Y justo cuando creyeras que estás por dejar atrás la última estrella en tu camino, ¡zaz! ... resulta que ya le diste toda la vuelta al universo y no hay salida.

Pero entonces ¿qué es el espacio? Ni modo que no sea nada, un vacío en el que "flotan" las cosas. ¿Qué hay entre los electrones y el núcleo? ¿Qué hay entre neutrino y neutrino? Y no me vengan con jaladas como: Dios o el vacío. Porque Einstein dijo que la masa curva el espacio. Y ¡maldita sea!, como también dije en otro otro lado, los físicos no tienen ni idea de lo que es el espacio (o el tiempo) pero ¡ah cómo lo utilizan! Por gogol-ésima vez, quisiera saber qué es el espacio, la neta.

martes, julio 17, 2007

No es el amor.

El amor no es más que un vínculo, una forma de relacionarse con otra persona. El amor no hace nada, no es algo que le haga a uno cosas, que lo cambie, que lo impulse a ser otro. Por supuesto que no. ¿Por qué? Porque es el otro, la persona a quien se ama la que provoca todo eso. No un estúpido concepto idealizado y hueco sino un ser real de carne y hueso, sensible, con un contexto propio y que, lo mismo responde a nuestro comportamiento que nos provoca con el suyo.

El amor es sólo el nombre que se da a la relación existente entre dos personas que se aman. Pero lo que en realidad los une son sus voluntades, sus deseos, sus experiencias compartidas y, sobre todo, la necesidad que tienen uno del otro. Todo eso está en ellos, en los amantes. O los amorosos, como dijera Jaime Sabines. Y no es sólo una sutil diferencia, tampoco una trampa lingüística ni un simple cambio de enfoque. Es toda una concepción radicalmente distinta cuyas consecuencias contrastan notoriamente con la postura aún dominante.

Fundamentalmente, al no existir esa entidad ajena a los dos amantes, todo lo que suele adjudicarse al amor en realidad sólo puede y debe ser atribuido a las dos personas en cuestión. Así, cada quien es igual de responsable de sus actos tanto antes como durante y después del amor. No es posible enfatizar demasiado el punto: el amor no tiene ningún poder sobre las personas, tampoco puede tener la culpa de nada, todo, absolutamente todo es responsabilidad de los dos individuos que se aman.

Estamos tan acostumbrados a la conceptualización, tan bien adiestrados para idealizar ciertos conceptos, que al decir por ejemplo "la Guerra es mala", ya ni siquiera recordamos que la guerra no se hace sola, la hacemos los hombres. Y así como la guerra no es una maldición enviada por Marte, así como la guerra no es cruel ni hace daño, tampoco el amor es una bendición de Afrodita, no es esplendoroso ni hace milagros. Los humanos podemos ser crueles, al grado de declarar la guerra y hacernos daño unos a otros con nuestra violencia. Pero también somos capaces de amar y somos nosotros, amando, los responsables de ese esplendor y aquellos milagros.

Por eso, rotundamente asevero que el amor está sobrevaluado, porque se insiste en otorgársele el valor que en realidad emana de los amantes. ¡No es el amor por lo que vale la pena luchar! Eso no llega ni a sentido figurado, es una idea de oropel, una falacia cuyo fin ha caducado. Es a quien se ama por quien vale la pena luchar. Que el amor se vaya al carajo pero que esa persona que nos hace suspirar permanezca a nuestro lado para siempre. No es el amor. ¡Eres tú, mi amor!

domingo, julio 15, 2007

Lo que no es el amor.

Lo que sea el amor (dejémoslo por ahora ignoto), está sobrevaluado. Aquellos que ven en el amor el sentimiento, estado de conciencia o espiritual más bello, más limpio, más excelso, más divino, o más lo que sea están rotundamente equivocados. ¡Cómo defender tal punto de vista cuando se tiene la evidencia de toda la humandidad en contra!

Me explico. Quien piensa en el amor como ese lo-que-sea que infunde en quien lo experimenta las más nobles y abnegadas intenciones de procurar el bienestar, la dicha y felicidad del objeto de su amor, debería prestar atención a los hechos. ¿Cuántos son los casos de éxito, es decir, en los que realmente funciona así? La percepción de que cada vez fueran menos aún estaría cegada por aquella concepción romántica del amor.

No es que cada vez haya menos casos de "amor verdadero" sino que cada vez hay menos parejas a quienes les funciona tal modelo de amor. Cada vez hay menos doncellas gráciles, consagradas a la espera del príncipe azul. Y con mayor rapidez aún se han ido agotando los caballeros dispuestos a entregarse en cuerpo y alma a la única dama capaz de doblegarlos. Es la fórmula, o más bien el rol que se tiene que desempeñar en ella, lo que ha caducado.

Si el amor fuera capaz de hacer que en los individuos que lo sienten, sin importar sus diferencias, se despertaran las mismas emociones, se orientara una misma voluntad y, en general, se obtuviera la misma respuesta, ¿cómo podría explicarse el actual estado de las cosas en que la pareja se haya en crisis?
Por supuesto, los idealistas argumentan que el amor es tan magnífico que no es fácil mantenerlo con vida y en buen estado. Al amor hay que alimentarlo. Eso querría decir que algo está ocurriendo con la humandidad que ya no lucha por el amor. Como si de pronto, la humanidad entera estuviera cayendo en un estado de depresión. Y así, como en este caso en que ha sido necesario postular el concepto de la humanidad toda como una sola entidad diagnosticable, se puede proseguir erigiendo más y más conceptos cuyo fin último no sea la comprensión de la realidad sino justificar esa visión retrógrada del amor.

El amor está sobrevaluado. Se le ha otorgado, injustamente, el derecho de ser fuera de la esfera de posibilidades del hombre, colocándolo en un altar religioso. Es esta religión del amor la que ha venido occidentalizando casi todo el mundo, pues hasta las culturas asiáticas comparten con nosotros, cada vez más, esta visión trascendental del amor.

Es absurdo pensar que el amor es una potencia en sí misma y que el hombre lo que debe hacer es saber dejarse llevar por ella: prestarle atención, abrazarla y dejarse ir. Si eso fuera el amor, nada tendría de bello, excelso y poético. El amor no es lo que nos mueve sino una forma de movernos, de hacer, de ser en el mundo y con el mundo, incluso una manera de concebirse a sí mismo en el mundo. Pero de ninguna manera un algo externo que nos toma por asalto y nos cambia para siempre (o temporalmente según se sea idealista-optimista o idealista-fatalista).

jueves, julio 12, 2007

El amor en tiempos de "X for dummies".

Está bien pues... Estuve evadiendo por mucho tiempo tocar el tema. Hasta que leí este post y no pude oponer más resistencia.

En clase de francés, discutíamos acerca del amor. Y la maestra junto con un par de alumnas, hablaban de la "química" en una relación. Por resultarme tal palabrita más confusa que esclarecedora, les pedí que me explicaran el concepto. Al final, seguía sin entender. Aunque sé que un sesgo en mi criterio mucho tiene que ver con esta incapacidad de comprensión. Después leo en el referido post que eso a lo que "vagamente llamamos 'química' [...] es en el fondo un complejo y preciso mecanismo de selección biológica que busca perpetuar los genes con la persona más compatible y por tanto la más adecuada". ¡¿Qué está pasando en el mundo!? ¿De qué me perdí?

¡Objeción! (número uno). Si se va a mezclar la química con la biología entonces que se hable con propiedad:

- ¿Por qué decidiste no volver a salir con Fulano?
- Porque con la primera cita me bastó para darme cuenta que entre él y yo no hay bioquímica.

Otra objeción (número dos y que sí va en serio). Si mezclamos peras con manzanas ¡no vamos a obtener esperanzas! La teoría de la evolución explica bastante bien la biodiversidad y es el paradigma fundamental de la biología, pero no se lleva nada bien con conceptos teleológicos como "más compatible" y "más adecuado", que además, sospecho, ¡son tomados en préstamo de un contexto psicológico!

¡Objeción! otra vez (la última y más seria de todas). ¿Por qué el afán de querer reducir las relaciones de pareja a la bioquímica? A ver ¿por qué, por qué? Si se trata de una especie de back to basics entonces no hay que parar allí, prosígase hasta las partículas fundamentales de la materia y trátese de explicar mediante quarks y cargas el misterio de las relaciones humanas. En ese caso, la chica del ejemplo de arriba debiera haber dicho: "no había física de altas energías entre nosotros".

En fin, en el siguiente post que publique abordaré el tema pero ya en serio (jeje). En cuanto tenga tiempo, lo prometo.

martes, julio 10, 2007

Historia con moraleja.

Plenamente ocupado en las labores domésticas ocasionadas por la reciente y fastuosa decoración de mi alcoba, chingándole grueso al desmadre que quedó por la enchulada que le dieron a mi recámara, había dispuesto la radio, sintonizándola en una estación que transmite esencialmente la que quizá sea la más deliciosa música del siglo veinte: el jazz; y que, no ha más de tres años descubrí en la FM, en el 107.9 para ser precisos, "Horizonte" es su nombre apelativo. también estaba oyendo en el radio una estación con la que me topé hace como tres años y que tocan casi puro jazz, música que está bien chida. La estación era Horizonte 107.9.

En ese momento se emitía un programa consagrado a relatar brevemente la biografía de algún músico o vocalista importante en la historia del jazz, intercalando con la narración las piezas musicales más representativas de su trayectoria. Estaba un programa en el que cuentan la vida de un monito jazzista y tocan sus rolas más chidas. Dos locutores, dama y caballero, tenían a cargo la parte narrativa. Sus voces, sin ser excelsas daban al programa un toque aterciopelado concorde con la música. Los locutores eran un güey y una vieja con unas voces bien chidas, como la musiquita del show. Sin embargo, por encontrarme como ya he dicho, atareado y absorto en otros menesteres, en realidad no prestaba mucha atención a las anécdotas y acontecimientos de la vida del personaje en turno. Aunque la neta ni estaba pelando a los güeyes esos, ¿pus no digo que andaba en chinga con otros pedos?

Fue así, distraído, como, si mi mente no se encaprichó en hacerme una jugarreta, escuché en voz de la mujer lo siguiente: Y enton's, mientras estaba en la pendeja, casi casi puedo jurar que la vieja dijo: "[...] ya la cagué. Fue un error de pronunciación [...]" perfectamente intercalado en el guión que leía. no sé qué no sé qué "ya la cagué fue un error de pronunciación" no sé qué no sé qué, o sea ai metido entre todo el rollo que tenía que decir.

El suceso me sorprendió y me llevó a la siguiente reflexión: cuando se trabaja en equipo no se debe confiar por completo en los demás, especialmente cuando es uno quien da la cara por todos. Porque en efecto, un error normal en la locutora se vio desproporcionadamente agravado por el error imperdonable de quien editó la grabación, afectando seriamente la imagen de aquélla. Después de oír eso pensé: chale no hay que fiarse de los demás, qué tal si le pasa a uno lo que a la perica esa. Pobre changuita, el güey que la grabó sí que la pasó a joder.

Ojo: no vayas a copiar el texto que está escrito a mano que es de puro desmadre. Gracias por hacerme el favor de subir esto a mi Blog.

martes, junio 12, 2007

Las intermitencias de la vida.

Que yo sepa, salvo idealizaciones matemáticas, no hay nada realmente continuo en el universo. La materia está hecha de partículas, y aunque entre Demócrito y Dalton hubo veintidós siglos de olvido, la cosa es que we're all just molecules bouncing around. Y con la energía es la misma historia gracias a los quanta, los dichosos "paquetes" de energía. El chiste es que todo esta hecho de cachitos.


Un momento, ¿todo? ¡Claro que no! dirían algunos. ¿Y el tiempo qué? ¿A poco está hecho de cachitos? Pues, como diría Armando Hoyos (por citar a otro pensador de la talla de Dalton y Demócrito), yo me pregunto... ¿Será el tiempo en verdad continuo? ¡Y qué tal que no! Eso estaría cañón.


Hasta ahora, cuando he intentado pensar cómo sería el tiempo discreto, sólo consigo imaginar una especie de efecto "24 por segundo". Es decir algo así como en el cine, donde lo que se proyecta son veinticuatro fotos fijas por cada segundo y que el cerebro "hace el truco" para que parezca que la acción es continua. En el caso que yo imagino, la existencia sería intermitente, es decir un cuasi-instante estamos todos aquí y al otro no y al siguiente hemos vuelto y luego desaparecemos otra vez y así sucesivamente. Por supuesto aquí no hace falta un cerebro que "haga el truco", simplemente, las criaturitas de este universo no podemos tener conciencia, ni evidencia física de tal intermitencia porque para nosotros (junto con toda la materia) es como si no hubiera espacios vacíos.


Imagino esa existencia intermitente de todo lo que es y sólo me molesta el hecho de que tal noción pareciera reducir el tiempo a una simple propiedad de la materia y de sus fenómenos en el espacio. Dicho asunto me desagrada bastante, como lo he manifestado en A short tale about time. Tal vez el tiempo no sea discreto. Al parecer, no hay necesidad teórica de considerarlo así... todavía. Sin embargo, a mí me gusta la idea y aunque se me haya presentado esa pequeña inconveniencia, haciendo un pequeño esfuerzo extra de imaginación he llegado a concebir otra verdaderamente descabellada que me fascina pero que, por falta de tiempo, compartiré en otra ocasión.

viernes, junio 08, 2007

Gabomatías.

El lunes 7 de abril de 1997, en la hermosísima ciudad de Zacatecas, el grande, el único, Gabriel García Márques, nuestro Gabo, nuestro nobel, orgullo latinoamericano de las letras, pronunció en su discurso inaugural del Primer Congreso Internacional de la Lengua Española las siguientes palabras:


"Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revólver con revolver. ¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?"


¡Habráse visto semejante pendejada jamás dicha por tan elogiado intelectual!


Afortunadamente los iletrados no leen a García Márquez, ni se enteraron que hubo tal congreso en México, ni supieron nunca de aquella sandez. ¡Qué bueno! Porque ya me imagino a todos esos semi-analfabetas, que creen que saben escribir pero que no sienten el menor respeto por la ortografía; me los imagino diciendo "¿qué, qué? Ay tienes a Garciamárquez. ¿Qué no propuso que se jubilara la ortografía? Si no sirve pa'nada". ¡Insoportable!


Por eso, Gabo, qué bueno que no volviste a insistir con aquel desliz lingüístico. ¡Líbranos señor de todo mal ortográfico! No nos dejes caer en la mala acentuación y... ¡libra al Gabo de malos pensamientos! Y si no, pues que chingue a su madre.

miércoles, junio 06, 2007

Una de cal...

El día de ayer Júpiter visitó la casa de Virgo y un poquito de justicia se hizo sobre la Tierra. Bueno, la verdad no sé un carajo de astrología, no creo en ella y, ni siquiera me llamo Venancio (ah no, ése era un chiste). Sin embargo debió suceder algo equivalente con la entropía del universo que desencadenó un suceso largamente esperado y absolutamente merecido.


Cuando conocí a Cielo, ni ella ni yo teníamos idea de cuán capaz era ella misma para esas horribles cosas de la vida laboral. Pero hubo una temporadita en que se dedicó a un empleo que, en mi opinión, por honesto que fuera no era para ella. A veces me daba coraje pensar en las penas por las que tenía que pasar. Lo que sí: me sorprendía el empeño y la actitud con que desempeñaba su trabajo. Afortunadamente, tiempo después le vino una muchísimo mejor oportunidad de trabajo, una más ad hoc con su preparación y con su vocación.


Pues resultó ser una verdadera wonder woman en la empresa. Cualquier reto que le pusieran lo vencía. Pero no sólo eso, lo hacía antes de su dead line y muy por arriba de las expectativas. Si con su sola presencia ya había causado una buena impresión, con su trabajo dejó a todo mundo con el ojo cuadrado. Desmitificando de paso la idea, en este todavía mundo machista, de que las mujeres hermosas no pueden ser inteligentes y/o capaces. En adelante el lema entre los jefes era "you want it not just done but well done? Call Cielo".


Y ayer, después de poco más de dos años, después de numerosos pero pequeños reconocimientos, entre los que hubo una promoción más bien lateral; ayer, por fin le anunciaron un buen ascenso a Cielo. Ojo, todavía no es oficial y no hay que cantar victoria porque, uno no es supersticioso pero no vaya a ser. De todos modos, me regocijo contigo, Cielo, porque sé que lo mereces (de hecho mereces más, pero ya vendrá, ya vendrá) y porque todo lo que es bueno para ti, de algún modo, me hace mucho bien.

lunes, junio 04, 2007

¡Feliz, feliz no cumpleaños!

Se acerca mi cumpleaños. Desde hace ya bastantes años que he venido deseando olvidar la fecha. Cosa casi imposible, lo sé. Por más que uno lo quiera, la sociedad te lo impide, siempre te piden tu fecha de nacimiento. Pero, ¿por qué olvidarla?

Porque ninguna fecha en todo el año es realmente significativa para mí. Navidad, año nuevo, día del amor y la amistad, cumpleaños, aniversarios, nada. Son sólo cuentas. Pueden simbolizar una infinidad de cosas, pero también pueden no hacerlo. Ése es mi caso.

Es curiosa la sensación de no compartir con los demás la ilusión por una fecha que se acerca, la emoción cuando ha llegado, la nostalgia cuando ya pasó. Por supuesto, alguna vez lo hice, sentí todo eso. No sé qué pasó, en qué momento dejé de sentirlo y por qué. Pero, insisto, se siente raro. Como si fuera un ser de otro planeta. ¿Es que no tengo nada en común con estas criaturas?

Lo que sí no tengo, es ningún inconveniente en "celebrar" esas fechas importantes para los demás, cuando es gente que me importa. Lo que sí puedo disfrutar es su compañía, el pretexto (la fecha) me da igual. Pero cuando se trata de mi cumpleaños, los demás asumen que es importante para mí y quieren felicitarme. Entonces, tengo que fingir que me importa, que me da un gusto especial que se congreguen en mi nombre sólo porque la Tierra ha completado equis número de vueltas alrededor del Sol a partir de mi nacimiento.

Con el pastel enfrente, a punto de apagar las velitas, me siento como se debe sentir un cura sin fe en plena eucaristía. Me agrada tenerlos a todos allí, conmigo. Pero en realidad me siento algo como un impostor, como un fraude, como el mago de Oz.

Se acerca mi cumpleaños... esta vez lo pasaré solo.

domingo, junio 03, 2007

Lecciones para l@s hij@s que nunca tendré. "El cheque en blanco."

No es seguro, pero puede llegar el día en que algo nos distancie un poco. No será poca cosa, una "simple" diferencia de opinión o un disgusto. Entre nosotros podría interponerse un par de deseos opuestos, algo que tú quieras con toda el alma, algo sin lo que no podrías ser feliz. Y si yo llego a ser lo suficientemente adulto, conservador, temeroso y sobreprotector, ese algo mismo será justo lo que no quería para ti, lo único que desearía sacrificaras por tu propio bien.

La lección, esta vez, consiste en que luches por lo que quieres sin importar cuan equivocado te diga yo que estés. Con el paso de los años, los hombres nos volvemos proclives a creer que tenemos la razón en todo y que los jóvenes no saben nada, que necesitan SIEMPRE nuestra guía. Tu padre hará todo lo posible por no covertirse en un viejo chapado a la antigua, incapaz de comprender los nuevos tiempos. Sin embargo no hay garantía de ello así que de una vez te firmo este cheque en blanco.

Pero, cuidado. Este contrato trae dos cláusulas muy importantes. La primera es que tú te harás responsable de las consecuencias de tus actos. Otra vez, cuidado. Y la otra, grábatela bien: no importa lo que suceda, siempre podrás contar conmigo, aun a pesar de mí.

P.D.: nomás por favor que no se te ocurra entrar a la milicia o al sacerdocio. ;-)

miércoles, mayo 30, 2007

El suéter nuevo del profesor.


Íbamos Juan Manuel y yo en busca de Climent, nuestro profesor de la materia equis. Un tipo joven, en los treintas, con todas las intenciones de ser "el profe cool" para sus alumnos. Necesitábamos solicitarle una prórroga para la entrega de cierta tarea. Lo avistamos a unos veinte metros, cerca de la cafetería de la escuela ye y lo alcanzamos justo frente a la puerta.

Ya frente a él, nos percatamos de su atuendo. Llamaba especialemnte la atención un suéter azul como de lana demasiado, demasiado ajustado y, debajo del cual no traía nada más o, mejor dicho, no podía traer nada más. El filo de la cintura de dicha prenda se esforzaba por mantenerse en contacto con el filo de la cintura del pantalón. Afortunadamente Climent es más bien flaco, pero aun así uno esperaba ver su ombligo asomarse, en cualquier momento, por entre el pantalón y el suéter.

Bla-bla-bla... bla-bla-bla... No nos concedió la prórroga y además se veía muy apurado. "Bueno, gracias de todos modos. Traemos la tarea el lunes", nos vimos obligados a ceder. "Ok, chavos, en eso quedamos pues" nos respondió. Y luego "bueno, ya me voy, antes que se encoja más esta madre." Y se marchó con cierto aire de dignidad. Y a lo lejos se veía la figura de un hombre delgado, con un suéter azul de lana embarrado al torso, caminando con excesivo donaire, la espalda echada hacia atrás, el braceo pomposo y con los codos flexionados, haciéndose más y más pequeño conforme se alejaba y..... tirando "discretamente", cada tres o cuatro pasos, de la cintura del suéter para mantenerlo en su lugar.

Juan Manuel y yo nos quedamos mirando aquella figura desaparecer entre la comunidad escolar. Volteamos a vernos y... nos cagamos de la risa por tan divertido espectáculo.

sábado, mayo 26, 2007

A short tale about time.

Me gustaría saber qué es el tiempo. Porque estoy convencido que es algo en sí mismo y no sólo una simple relación entre eventos que, como tales, pudieran tener "más derecho" a ser. Los cosmólogos dicen que el tiempo comenzó con el Big Bang. La última vez que le pregunté a Stephen Hawking me comentó acerca de la posibilidad de que el universo estuviere sometido a una serie de "contracciones". Un Big Crunch algunos cientos de miles de millones de años después de cada Big Bang y vuelta a empezar. ¿Y esa serie de contracciones habría tenido un origen, un primerísimo BIG BANG? Ésa fue mi duda, pero también la suya así que me quedé igual.



Semejante alucinada sospecha científica, sin embargo, no me desconcierta. Ni siquiera opaca la terrible curiosidad que siento por la naturaleza del tiempo. Lo que sí me sorprende es cómo los físicos utilizan al tiempo con tanta irreverencia. No es sólo que crean que lo conocen sino que su concepto de tiempo es el que nos ha dictado a todos el sentido común. Lo incorporan a sus teorías como algo dado. Es un ingrediente imprescindible pero... secreto. Tanto que... bueno, you know. Cierto, a partir de Einstein el tiempo ya no es lo que solía ser pero, ¿qué fue lo único en que cambió? En que ahora, junto con el espacio (del cual también hace falta hablar muy seriamente, pero en otra ocasión) éste se puede estirar y contraer. Big deal! Ok, no tenemos ni puta idea de lo que es el tiempo pero mis ecuaciones dicen que no es rígido como habíamos pensado.



Quizá sienta más respeto por otra clase de físicos, los que están más metidos en cuestiones de termodinámica, tratando de encontrar el fundamento de lo que ellos mismos han llamado "la flecha del tiempo". ¡Guau! Por lo menos ellos tienen la humildad de admitir que en la mayoría de las leyes físicas el tiempo bien podría correr en sentido contrario y... ¡no habría ningún problema! Servirían para desribir un "mundo alrevés". Sin embargo, continúan en su razonamiento, no es esto lo que vemos que suceda. No vemos (el típico ejemplo) pedazos de taza esparcidos por el suelo y que, espontáneamente, se incorporen y se ensamblen sobre una mesa hasta formar una taza íntegra. Eso es, concluyen, una señal inequívoca de que el tiempo tiene una dirección y toda la física debe reformularse bajo esa dura evidencia.



¿Qué puedo decir? Tienen razón: toda la física debe reformularse. Pero eso de que no vemos que las cosas pasen alrevés, bueeeno. Yo pensaría que el hecho de estar inmersos en la misma sustancia (tiempo) que esos pedazos que, ¡maldita sea!, se rehúsan a reconfigurar la taza nos impide "ver" cuanta cosa extraña puediese estar sucediendo "dentro". Si alguna vez hubo una taza rota reconstruyéndose, yo pensaría que todo el universo se habría movido "en reversa" junto con ella y por lo tanto nadie lo habrá notado. Y si alguna vez me topo con una taza en plena reconstrucción espontánea, no concluiría que el tiempo estuviese corriendo localmente hacia atrás. No digo que vayan por mal camino, simplemente pienso que les hace falta más audacia.


La intuición me dice que el tiempo es algo muy distinto de eso que el sentido común nos da a entender. La imaginación me hace pensar que la ciencia del tiempo verá la luz algún día. Que no será la física la que logre adjudicársela como una de sus ramas sino alrevés. Los conceptos fundamentales de la ciencia del tiempo se asemejarán más a posibilidad, coherencia, paradoja y recursividad, que a partícula, spin, carga y energía. La causalidad, quizá ya un tanto vapuleada, será por fin desterrada del acervo científico para incorporarse al histórico. Los viajes en el tiempo serán posibles y todas las preguntas que la ciencia ficción ha planteado y procurado responder serán satisfactoriamente contestadas. Pero lo realmente maravilloso serán las nuevas preguntas que la curiosidad humana podrá plantearse.


I wish I could travel through time. Somehow I feel I don't belong here.

miércoles, mayo 23, 2007

¿Dónde está Wally?


Este es un juego en el que, al interior del post ¿Sinceridad o sincericidio? algunos argumentos se hallan ocultos detrás de otros. El autor, conocido como SEXOLOGO, me ha pedido amablemente que encuentre uno en particular, a saber: "los demás saben mejor qué es lo que uno mismo debe conocer o ignorar".

He aquí el procedimiento mediante el cual he dado con esta especie de Wally argumental:

1. "La infidelidad no hace daño, lo que hace daño es saberlo." (SEXOLOGO)
2. "Un síntoma de madurez es saber prever las consecuencias de nuestros actos antes de realizarlos." (SEXOLOGO)
3. "Mentir no siempre es malo, dependerá de las consecuencias que tenga esa mentira." (SEXOLOGO)
4. "La pauta de actuación debería ser siempre hacer el menor daño posible, tanto a uno mismo como a los demás." (SEXOLOGO)
5. El imperativo categórico expuesto en 4 exige a toda persona comportarse de tal modo que minimice el daño de sus actos.
6. De 3 se sigue que la mentira puede ser una herramienta para el control de daños, dado que la mentira no es mala en sí misma sino que tal juicio depende de las consecuencias que aquélla tenga.
7. Pero entonces, ¿quién decide, en 3, si las consecuencias eximen al mentiroso? La respuesta la da SEXOLOGO en 2: todo individuo maduro. Pues, en efecto, una de sus facultades como tal es discernir si las consecuencias de una mentira dicha por él serán dañinas o benignas.
8. La mentira es una versión alterada, incompleta o totalmente distinta de la realidad, de lo que ha sido un hecho. Esto no lo explicita el texto, pero es un marco común de la cultura occidental (dentro de la que se circunscriben el texto y el autor mismos). Si fuese otro el caso habría una aclaración al respecto dentro del mismo texto. No hay tal.
9. En 1 se plantea un axioma que, en realidad es una particularización de este otro: "X no hace daño, lo que hace daño es saberlo." Nótese que tal afirmación (la original) ha sido planteada sin sustento alguno, por eso se trata de un axioma. Sin embargo, por 7, nos queda claro que toda persona madura sabrá sustituir X en el axioma generalizado por algún concepto que no anule su validez.


[Ahora todo es cuesta abajo.]


10. Supongamos que se tiene a un individuo maduro. Llamémosle JUAN.
11. Su comportamiento le presenta un dilema que involucra uno de esos conceptos X que podrían dañar a un tercero, digamos ANA.
12. Por 9, JUAN sabe que mientras ANA no se entere, no recibirá ningún daño.
13. Por 8, JUAN sabe que una mentira impediría que ANA supiera acerca de X.
14. Por 7 y 10, JUAN es capaz de reconocer que tiene derecho a mentir.
15. Por el imperativo categórico 4, que lo obliga a minimizar el daño causado a ANA, así como por 12 a 14, JUAN no sólo tiene el derecho sino, además la obligación de mentirle a ANA y lo hace.
16. De 8 y 15, se sigue que JUAN sabe mejor que ANA lo que a ésta le conviene o no saber. [Porque para tomar la misma decisión, acerca de lo que ella misma debería saber, ANA tendría que estar enterada de X. Pero eso le causaría un daño y no habría forma de impedirlo. Por lo tanto ella no puede saber qué es lo mejor para sí misma. Pero JUAN sí.]
17. Y todos somos JUAN cuando es nuestro el proceder con el dilema que involucra un concepto X. Y todos somos ANA cuando le toca a otra ser JUAN y a uno estar en posibilidad de ser dañado por los actos de éste.
18. Por lo tanto los demás saben mejor qué es lo que uno mismo debe conocer o ignorar.


Voilà. Mi estimado SEXOLOGO, ¿que dónde lo has dicho? Pues en TODO tu texto.

jueves, mayo 10, 2007

Li-te-ral-men-te

COMENTARIO de Chuck, en su programa in-d (exa TV), hace como un mes: "[...] y los que en su concierto pegaron literalmente con tubo, fueron los chavos de 'la banda X' [...]"

No se asusten, la banda era un exponente del incipiente género rockformance y para dicho concierto fueron contratados cinco dobles, entrenados especialmente para recibir tubazos. Además, los integrantes de la banda recibieron un adiestramiento de quince horas para dominar la técnica de "madrear sin lastimar". Sin embargo, la fascinación de su público ha hecho considerar a los miembros de 'la banda X' la conveniencia de incrementar el realismo del show, llevarlo al siguiente nivel e interactuar directamente con los fans, agarrándolos a tubazos. "No queremos simplemente 'pegar con tubo', queremos ser auténticos" señaló 'Fulano-de-tal', líder de la banda.


FRAGMENTO de crónica de cierto Reportero Vial de Monitor, en esta semana: "[...] como se puede apreciar en las imágenes de Monitor MVS, el automóvil quedó, literalmente, abrazando el poste [...]"

Se trataba de un prototipo de lo que iba a ser el primer automóvil cien por ciento mexicano. Desafortunadamente, el accidente en que éste se vio involucrado, pero muy especialmente la difusión del mismo, desencadenaron el paro de la producción del que hubiese sido el primer automóvil con brazos en el mundo. Los ingenieros de la compañía armadora han aducido que el accidente no ha venido sino a confirmar las cualidades del vehículo. "En caso de choque, nuestros automóviles abrazarán el objeto colisionado y, de esta manera, evitarán que éste se convierta a su vez en proyectil secundario que ponga en peligro la integridad física de terceros o inclusive cuartos [sic]" declaró el gerente de diseño de la compañía.

domingo, mayo 06, 2007

"With a little help from my friend"



Esta noche, al llegar a mi casa, descubrí un paquete de salchichas en el piso, debajo de la silla de la computadora. Estaba vacío y, por supuesto, no tenía nada qué hacer allí. Sólo había una explicación posible: Oliver debía haberlo sacado de la basura. Mmmh... quizás aquí convenga una breve explicación.

Oliver es un cannis familiaris que se incorporó a mi vida hace casi siete años. Desde entonces ha destrozado algunos pares de zapatos y pantuflas, tres o cuatro fotografías, una docena de periódicos, ha organizado unos treinta reventones unitarios y apocalípticos estando solo en la casa, se ha cagado en los lugares más inapropiados y en los momentos más inoportunos y nos ha acostumbrado a la incesante labor de recoger sus pelos, distribuidos meticulosamente por todos los rincones de la casa. Poniéndolo en la balanza, todo lo anterior es insignificante junto a lo adorable que este hijo de perra es. Finalmente, todos estos años, Oliver ha sido mi más fiel compañero, mi amigo incondicional y una criatura tiernísima de esas que dan ganas de estrujar con manos, brazos y pecho.

Pues, como decía... Oliver debió tomar de la basura aquel paquete de salchichas, cosa que estuvo muy mal y no podía dejarse pasar por alto, ni siquiera al perrito más encantador del mundo; así que decidí reprenderlo. "¡Oliver! ¿Qué hace esto aquí?" le dije, con el tono de enojo más falso posible, mientras recogía del piso el cuerpo del delito. Él, absolutamente inocente en un sentido pero no en el otro, se tragó por completo mi pésima pero intencionada interpretación del papá regañón. Bajó la cabeza y apartó de mí la mirada. "¡Ven acá!" Se hizo más chaparro de lo que los cocker spaniel ingleses suelen ser, ¡estaba en problemas! "¡Ven acá, te digo!" Más que irónico, es muuuy cagado ver a un perro pretendiendo escabullirse "a gatas". "¡No, no, no! ¡Ven acá, ándale!" Fuck! No tenía escapatoria. Se acercó, tan pegado al piso que no me habría sorprendido verlo reptar y, moviéndose tan despacio que preferí avanzar hacia él. That was it!, he was doomed. De plano se tiró al piso. Acerqué un pie mientras seguía recriminándolo. "¿Qué hiciste, Oliver?" Extendió una patita apoyándola en mi pie en busca de reconciliación, pero yo no estaba dispuesto a ceder. "¿De dónde salió esto?" y le acercaba la bolsa de salchichas para que la oliera, su crimen no quedaría impune. Se tiró de costado, persistía con una y otra patita en sus intentos conciliatorios. Arremetí, "¡Dime qué hacía esto debajo de la silla!" Llegando al límite de la salud mental canina, en aquel sádico juego psicológico, Oliver se volteó boca arriba, como cuando los perros que sí están entrenados hacen "el muertito". Las patitas dobladas a los costados de su pechito fueron demasiado para mí. Me venció. Quienes han visto al gato con botas de Shrek entenderán lo que sucedió.

En estos momentos, Oliver yace pacíficamente dormido en uno de los sofás. El incidente del paquete de salchichas ha quedado atrás. No me guarda rencor por ser tan duro con él ni yo a él por sus travesuras. Seguimos siendo los mejores amigos..... Si tan solo pudiera arreglarse así las cosas entre los hombres.

viernes, abril 27, 2007

LECCIONES PARA L@S HIJ@S QUE NUNCA TENDRÉ. "El poder de la contradicción."

Si llega un día en que crees descubrir que no hay contradicciones en tu vida, tenlo por seguro: algo anda mal.

Si de verdad hubieres llegado a expulsar toda contradicción de tu ser, habría sólo dos explicaciones:

1. Has resuelto el problema de la existencia, encontrado el camino de la verdad y tal vez deberías considerar muy en serio dedicarte a predicarlo. Via, veritas et vita.

2. Tu juicio es parcial y cuadrado, obligas a que tu entorno se alinee a tus criterios y eres incapaz de ponerte en el lugar de otro. Por supuesto tú eres la única persona que no se ha dado cuenta de ello.

Estarás de acuerdo conmigo en que el segundo caso es el más probable. [En realidad para mí es el único pues yo no creo que exista el primero, pero tal creencia no forma parte de lo que, como padre, siento mi responsabilidad enseñarte.]

Pues bien, hij@, la primera parte de la moraleja que querría pusieras en consideración es que no hay por qué tenerle miedo a la contradicción. Ésta es factor constitutivo de la naturaleza del ser humano, inseparable de él e irreductible. Eso sí, como imprescindible segunda parte de la moraleja, debes procurar el conocimiento de tus contradicciones, estar consciente de ellas y, en la medida de lo posible, tratar de entenderlas.

El chiste de todo esto es que cuando se te presenten dificultades, contigo mism@ o con los demás (cosa que, te aseguro, sucederá), a causa de tus contradicciones, no tienes por qué lanzarte de inmediato a pelear contra ellas. No me mal interpretes, no estoy sugiriendo que no hagas nada al respecto sino que evites actuar por arco reflejo en esa dirección. La armonía en la vida no se consigue eliminando sus inconsistencias sino sabiéndolas incorporar al todo. Para ello se requiere tacto, paciencia (con un@ mism@ y con los demás) y, sobre todo, respeto (a sí mism@ y a los demás, también).

Tampoco caigas en el extremo de querer conservar tooodas tus contradicciones. Esta lección no es de conformismo, no es para que te apapaches y te quedes tranquil@, llen@ de contradicciones y que los otros te aguanten como eres. Por eso, te repito, debes conocerte muy bien, saber de qué pie cojeas y asegurarte de: o hacer algo al respecto, o aceptar vivir con las consecuencias.

Tener contradicciones no nos resta valor, al contrario, nos da el poder de respetar a los demás al saber que no siempre tendremos la razón. Pero también nos brinda la oportunidad de valorar a las personas, no en función de lo que esperamos de ellas (pues casi siempre exigimos más coherencia en los demás que en nosotros mismos), sino de algo quizá más cercano a lo que realmente son (que entonces habremos aprendido a mirar con otros ojos, sin juzgar tajantemente).

EPÍLOGO: no te extrañe encontrar contradicciones en estas breves lecciones. Tu padre no es más que un hombre y, por mucho que te quiera, ni el amor ni la edad lo hacen infalible.

jueves, marzo 01, 2007

De tin marín, de do pingüé...

¿Qué sería de nosotros sin la culpa? Sin esa terrible sensación difícil de ubicar, no del todo nítida. ¡Qué terrible! No habría límites claros para el albedrío salvo aquellos erigidos por la coerción.

No existirían los llamados placeres culpables. Un momento... ¿de verdad sería así? ¿Extinta la culpa desaparecerían esos placeres particularmente? Es decir, en tanto que culpables. ¿Seguirían siendo placeres? ¿Y qué hay del reproche de los demás? Ese no tendría por qué desaparecer. La culpa es algo personal, íntimo, la crítica de los demás no se basa en ella. ¿O sí? ¿Podría ser que cuando uno apunta con el dedo, juzgando al otro, lo hace en buena medida por tomar venganza por su propia culpa? "Medirás con la vara que seas medido." Quisiera pensar que no, pero tengo mis dudas.

Y de ser independientes, ¿no bastaría la censura colectiva para sentir vergüenza por algo que disfrutamos? ¿La vergüenza no sería razón suficiente para mantener oculto nuestro placer-antes-culpable? ¿Y cuál demonios sería la maldita diferencia?

La culpa es en realidad vergüenza. No pudor, que en éste aún puede haber orgullo, en él todavía hay espacio para la dignidad. No, en aquélla lo que hay es vejación moral, degradación, humillación. La culpa es sin duda vergüenza, pero no la que siente el incompetente, ni el irresponsable ni quien ha sido víctima de un abuso. La vergüenza llamada culpa es la que siempre y únicamente viene asociada con la creencia de haber obrado mal. La culpa es el buqué de vergüenza que deja el mal.

¿Qué sería de nosotros sin este signo? ¿Seguiríamos evitando el mal sin la guía, sin la amenaza, sin el castigo de la culpa? ¿Notaríamos siquiera la diferencia entre bien y mal? Y si dejáramos de notarla, ¿subsistiría? ¿Habría alguna diferencia?

¿Qué tan grande es el saco de nuestras culpas? ¿De qué nos ha servido cargarlo a cuestas todo este tiempo? Seguramente ha impedido que nos convirtamos en asesinos, violadores, ladrones, defraudadores, mentirosos, viciosos, deshonestos, convenencieros, irrespetuosos, microbuseros y demás personajes nocivos para la sociedad. ¿O no será más bien que lo que no somos, poco o nada tiene que ver con la culpa y lo que sí somos, lo somos a pesar de ella? ¿Qué sería de nosotros sin la culpa?

jueves, febrero 01, 2007

Razón de Ser.

Yo tuve una nana. La nodriza de mi mamá, Aurelia y con mucho cariño, Lelia, también me cuidó. En realidad no la recuerdo, sólo sé lo que mi madre me ha platicado. ¡Qué extraño que no la recuerde! Si hasta parecía que la naturaleza hubiese deseado que nadie la olvidara: tenía un lunar del tamaño de la palma de mi mano en el lado izquierdo (y casi la mitad) de su rostro. Pero sobre todo, me cuentan que era una gran persona y me quería mucho. A veces incluso regañaba a mi mamá por lo que, en su opinión, eran descuidos suyos hacia mí.

Lelia murió cuando yo tenía dos años. A qué edad, no lo sé. Sólo sé que había nacido un 25 de septiembre, un día de las Aurelias. Había sido bautizada conforme la vieja tradición de tomar el nombre del santoral del día del nacimiento. Dice mi mamá que yo era un niño muy risueño, que me encantaba bailar, lo hacía desde que estaba en su vientre. Sin embargo, la muerte de Lelia debió afectarme de algún modo. Ya no era risueño sino serio y muy callado. Así es como soy ahora. Me dio por tomar las pantuflas de Lelia y acostarme en una cama abrazándolas. ¡Qué raro que no la recuerde!

Mónica nació el 25 de septiembre de 1978, al siguiente año de mi pérdida. Por supuesto, no la conocería sino hasta que cumpliera los quince. Quince largos años durante los que, al principio fui tan feliz como cualquier niño, después me pareció sufrir como cualquier adolescente. Sin embargo más tarde me descubriría sufriendo más que la mayoría. Pasarían otros seis años de vida semi-límbica. Entonces ella se convirtió en un sueño, pero no de esos entre los que vivía y que me impedían vivir realmente sino uno de esos sueños que te impulsan a llenar los pulmones y ponerte en movimiento. ¡Estaba vivo! Y tenía una meta, un objetivo, un verdadero deseo. Caminé como rey mago tras mi estrella durante tres meses, hasta que se detuvo y supe que había llegado a mi destino.

¿Qué pueden hacer veintiún años de soledad en una persona? Quizá afectarlo de formas insospechadas. Creo que crecí sin haber comprendido muchas cosas. De verdad, por más que otras personas te digan que tu versión de la realidad está un tanto distorsionada te es imposible reconocerlo hasta que un día sin razón aparente viene un ¡clic! que te hace ver las cosas un poco menos como tú y un poco más como los demás. Reconoces los fantasmas de tu psicosis. Te das cuenta que has sido un villano, no un héroe. Después de hacer realidad tu sueño, el único que valía la pena, volviste a caer en el reino de los espejismos. Casi ocho años de espejismos. ¿Y a quién arrastraste contigo hasta lo más profundo de las tinieblas? Te había tomado, de esos casi ocho años, unos tres o cuatro en reconocerla. Nació un 25 de septiembre, un año después de… No, volvió a nacer, un 25 de septiembre otra vez, un año después de haberse ido.

Lelia, me hiciste mucha falta. ¿A dónde te habías ido? Ya sé que me he portado mal, pero qué querías si no estuviste allí para enseñarme la diferencia entre el bien y el mal. He sido grosero contigo y he abusado de tu gran corazón y de tu amor infinito. ¿Podrás perdonarme algún día? Ya sé que no lo merezco, ¿pero no se suponía que cuidarías de mí mientras tuvieras vida? ¿No fue por eso que regresaste? ¿No regresaste por mí? Te extraño. Te extraño mucho y no quiero volver a padecer tu ausencia, ¿cómo soportarlo otra vez?

miércoles, enero 10, 2007

Causas sin Rebelión

¿Quién me ha provisto de esa voz que viene desde dentro? ¿Quién y con qué objeto? ¡Con qué derecho!

Todo el tiempo me increpa, incesante, incansable, minuciosa, inquebrantable. La escucho todo el tiempo, sólo a veces la tomo en cuenta, lo admito. Pero es que me resulta imposible negociar con ella. No me deja más opción que ignorarla. Bueno, por lo menos eso intento. Viene luego el reproche, la crítica, la recriminación, el careo.

Lo que me sorprende es cómo puedo ser tan adverso a ella, o ella a mí. No sé quién, de los dos, es el necio. Debe ser éste mi gran misterio. Para algunos, mi gran defecto. Para mí: un lastimoso tormento. Disolverlo, anularlo, ni es tan sencillo como suena ni puede ser la solución. ¿Cómo elegir entre la voz ajena y...?

Creo que ni siquiera sé cuál es mi propia voz. Tal vez sea éste mi primer problema, el originario, la madre de todas mis batallas. ¿Dónde estoy, por cierto? Sé que no estoy frente a la imagen del espejo. No confío mucho en las neuronas ni en la masa encefálica, con sus axones y sus dendritas conformando una complejísima red de... ¿significación? Algo de mí me parece hallar en mis pasiones y (esto a veces me asusta) otro tanto creo encontrar en mis vicios. ¿A qué le llamo vicios? A lo que la maldita voz intrajena ha venido catalogando así, ¡Atroces dicotomías relativas pero absolutistas!

¿No será un constructo social interiorizado? El fruto del gérmen de la educación y la cultura. De ser así, ¿no se trata entonces de una violación? ¿Acaso llevo a cuestas a una innumerable cantidad de personas, vivas, muertas e inventadas? ¿Dónde consigo una vacuna en contra de estos gérmenes? ¿Qué abogado tomaría mi caso? "Jorgeluis vs the people".

¿O será que soy un rebelde, un descarriado? ¿Es que estoy rehusando asimilar la naturaleza propia del ser humano, mi propia naturaleza? ¿Existe tal cosa? Porque yo más bien siento como si me sometiera a los dictámenes de alguien más.

¿Es aquella voz mi propia voz? A mí me suena muy poco familiar. Por más que lo he intentado (¡sí! ¡Lo he intentado!) no me reconozco en ella; bueno, sólo en su timbre, no en su discurso. Su lógica rigurosa que tanto apela a sí misma me deja un sabor seco a tautología, razón de más para desconfiar.

Sin embargo no me he atrevido a desafiar realmente su poder tutelar conductista. A pesar de no ser fiel seguidor tampoco he sido precisamente un insurgente. Persiste en mí la duda de lo bueno y lo malo, sobre lo que debo hacer y lo que debo evitar, en torno a lo que soy y lo que puedo ser.

La pregunta final, la que ronda mi mente, cohabitando con la voz, discutiendo con ella, litigando,... inquietándome; la pregunta es: ¿qué tal si me levanto en armas?